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Bulgaria vuelve a las urnas por tercera vez en un año

Tras dos intentos fallidos, Bulgaria vuelve a intentar por tercera vez formar gobierno con las elecciones del 14 de noviembre, en un contexto de profunda inestabilidad política. Este pequeño país balcánico es miembro tanto de la OTAN como de la Unión Europea. Aun así, su situación actual es deprimente. Es el país más pobre de la UE, con mayor índice de corrupción y el quinto peor índice de democracia. A todo esto, se le añade una pandemia que ha afectado duramente el país. Estas elecciones se presentan en medio de una cuarta ola que coloca a Bulgaria como el país con más muertes per cápita por COVID en el mundo.


Tres elecciones en 8 meses

GERB (Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria) ha gobernado Bulgaria desde 2009 con Boyko Borissov como líder. En julio de 2020 se desencadenaron protestas masivas en contra de su gobierno debido a una lluvia de acusaciones de corrupción a su gabinete. Estas manifestaciones que duraron 282 días fueron el germen de tres nuevos partidos políticos que buscaban el cambio y el fin de la era de Borissov. Estos eran los populistas ITN (Existe tal gente), los centroderechistas DB (Bulgaria Democrática) y los centroizquierdistas IBG-NI (¡Ponte de pie, BG! Estamos llegando). En las primeras elecciones de este año, el 4 de abril, estos partidos consiguieron un total de 92 escaños de 240 (ITN consiguió 51 escaños, DB 27 y IBG-NI alcanzó los 14 asientos). Estos tres partidos también consiguieron 31,4% de los votos totales.

Manifestaciones masivas en Sofía, la capital


Esta cifra es bastante substancial, pero aun así no es suficiente para efectuar el cambio. Sus votos representan un 19,6% menos que los otros tres partidos que también entraron en el parlamento búlgaro. Estos otros tres partidos representan el Status Quo, es decir, los partidos que han existido ya desde hace años y no simbolizan un cambio tan inminente. Entre estos partidos, el ganador fue el partido de centroderecha gobernante GERB, con 25,8% del voto y 75 escaños, 20 asientos menos de los que tenía anteriormente. A GERB le sigue el BSP (Partido Socialista Búlgaro), los herederos del Partido Comunista que gobernó dictatorialmente desde 1944 hasta 1990. El BSP obtuvo el 14,8% de los votos y 43 escaños, 37 menos que en los últimos comicios (el peor resultado en la historia del partido). Por último, tenemos al DPS (Movimiento por los Derechos y Libertades), movimiento que tiene como objetivo representar la minoría turca en Bulgaria, unas 600.000 personas. El DPS obtuvo 30 escaños.


Tras las elecciones, Borissov intentó formar gobierno, pero se encontró con el rechazo de todos los otros grupos políticos. Tal desentendimiento precipitó al país a unas segundas elecciones el 11 de julio. El ganador de esas elecciones fue ITN con 65 escaños y 23,8% de los votos, solo 2 escaños y 0,6% votos más que GERB, que no había quedado segundo desde 2009. En tercera posición volvió a quedar BSP, que empeoró aún más sus resultados electorales alcanzando solo el 13,2% de los votos y 36 escaños. DB a punto estuvo de robarle el tercer puesto a BSP con 12,5% de los votos y 34 escaños. Por último, tanto DPS como IBG-NI perdieron un escaño.

Borissov votando en las elecciones de abril


Con estos resultados, la suma de los escaños de los partidos para el cambio pasó de 92 a 112, quedándose cerca de la mayoría necesaria de 121. Respecto al porcentaje de votos, los partidos surgidos de las protestas de 2020 pasaron de 31,4% a 41,2%, lo que representa una gran mejora. Aun así, supone menos votos que los partidos de Status Quo, que consiguieron un 47% del sufragio.


La victoria de ITN de poco sirvió, ya que no consiguieron formar gobierno. Los motivos fueron, por un lado, la poca experiencia de su líder, el magnate de la televisión Slavi Trifonov, y por otro, las pocas ganas que tenía de formar coalición con otros partidos. Debido a esto, se volvieron a convocar elecciones el 14 de noviembre, las terceras ya en 2021.



Slavi Trifonov en un mitin de ITN.


¿Qué resultados esperar de estas elecciones?

Según las encuestas, las próximas elecciones las ganaría GERB con un apoyo similar al de las últimas elecciones. Esta victoria se debería a que GERB ha conseguido atraer votantes de ITN insatisfechos con su incapacidad de formar gobierno. También están intentando reformar el partido para deshacerse de la imagen de partido corrupto del Status Quo.


Segundo quedaría el BSP con 15,5% de los votos, 2% más que en julio. Este partido puede perder el segundo puesto ante WCC (Continuamos el Cambio), partido formado el 17 de septiembre de 2021, que puede dar la sorpresa estas elecciones. El WCC es la alianza de tres partidos extraparlamentarios, en el cual destaca Volt Bulgaria, el primer partido paneuropeo de la historia. WCC promedia en las encuestas un 15% de los votos, posicionándose en tercera posición cerca de BSP. El nuevo partido tiene la base de sus votantes en los insatisfechos de la política actual. Esto incluye un tercio de los que en julio votaron a ITN. Esta alianza está liderada por dos exministros de interior que cuentan con un alto índice de aprobación y credibilidad.


Kiril Petkov (derecha) y Asen Vasilev (izquierda), líderes de WCC


ITN, el ganador de las últimas elecciones, caería al cuarto puesto y perdería la mitad de los votos, quedándose solo con un 12% de los votos. Esta caída en picado se basa principalmente en la incapacidad de Slavi Trifonov en formar gobierno y estabilizar el país.


Por otra parte, el DPS sigue con un apoyo estable que ronda el 10%. Es destacable la elección del candidato para primer ministro Delyan Peevski, el cual está acusado por el gobierno de Estados Unidos de corrupción, además de aparecer en los Pandora Papers.


Cartel publicitario de Delyan Peevski


Por último, tenemos a IBG-NI, que en ambas elecciones de este año consiguió 5% de los votos. En estos comicios su principal objetivo es superar el umbral electoral del 4%. El umbral electoral es, para quien no lo sepa, la proporción de votos que necesita un partido para poder obtener asientos en el parlamento. En Bulgaria, como he dicho antes, los partidos políticos necesitan un mínimo de 4% de los votos. El problema de IBG-NI es que promedia en las encuestas un 3,5%. Aun así, una encuesta de Sara Harris hecha entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre otorga a este grupo un 4,1% de los votos, superando ligeramente el umbral.


Extrema derecha en Bulgaria

Otro factor que importará en las siguientes elecciones será el rendimiento de los partidos de extrema derecha. En los comicios de 2017 hubo un gran auge en la popularidad de estos partidos, de los cuales dos entraron en el parlamento. Por un lado, estaba OP (Patriotas Unidos) que quedó tercero con 27 escaños y el 9% del sufragio. También entró Volya con un 4,2% de los votos y 12 escaños. En contraste, 2021 ha sido un año de decadencia para estos partidos. Primero OP se desintegró dos meses antes de las elecciones de abril. También Volya se dividió antes de los comicios. A pesar de las grietas creadas, en abril los partidos ultranacionalistas consiguieron un 13% del voto, pero al estar el voto dividido en 7 partidos, ninguno superó el umbral. Tras estos fracasos, en julio bajaron los votos a estos partidos hasta el 7%. Esta vez estaba dividido en 4 partidos y otra vez ninguno superó el 4% necesario. Esta bajada de votos también se debe a un giro a la derecha de GERB para captar votantes nacionalistas cansados de que sus partidos no tuvieran suficiente apoyo.

Manifestación de Ataka, partido ultranacionalista búlgaro


En estos comicios no se espera que ningún partido ultranacionalista consiga superar el 4% de los votos. Sin embargo, hay dos partidos que pueden dar la sorpresa y entrar en el parlamento. El primer es el partido pro-ruso Vazrazhdane (Renacimiento). En las elecciones de abril consiguieron un 2,4% y en julio un 3% de los votos. Se espera que repitan la actuación de julio, pero siguen estando cerca del 4%. También está VMRO (Organización Revolucionaria Interna de Macedonia – Movimiento Nacional Búlgaro). Estos se acercaron al umbral en abril con un 3,6% de los votos, pero en julio bajó su apoyo al 3,1% y se espera que vuelvan a bajar este noviembre hasta el 2,5%. A pesar de ello, estos partidos pueden crecer en popularidad debido a su rechazo ante las medidas para luchar contra la pandemia. Esta negativa a las medidas es compartida por gran parte de la sociedad búlgara, que puede verse tentada a votar a estos partidos extremistas.


Participación ciudadana

Otro factor clave será la participación. En abril la participación ni superó el 50% y en julio cayó al 40%, una participación bajísima. A pesar de ello, en estas elecciones se espera una participación de aproximadamente el 65%, un augmento substancial. Aun así, esta cifra puede variar principalmente por la situación de la pandemia. Lo que está claro es que una mayor participación beneficiaría a WCC, que tiene gran popularidad entre los que no votaron en las anteriores elecciones.


Futuro de Bulgaria

Tras las elecciones de abril y julio, no se pudieron formar gobiernos. La pregunta ahora es si se podrá formar gobierno después de estos terceros comicios. Antes de discutir las posibles alianzas, se debe destacar que tanto GERB como DPS han sido aislados políticamente y todos los partidos han dicho que no negociaran con ellos. Con esto claro, la alianza más evidente es entre los partidos del cambio, pero seguramente no tendrían mayoría con las encuestas dándoles 38% de los votos frente al 49% de los partidos del Status Quo.


Y esto, aunque parezca una situación de parálisis, no lo es. El BSP ha dicho que quiere formar gobierno con los partidos del cambio y así reemplazar y acabar definitivamente la era de Borissov. Con la ayuda del BSP, los partidos del cambio finalmente tendrían una mayoría. Además, las negociaciones estarían lideradas por WCC y no por ITN, debido a que en estas elecciones WCC saldrá con más votos. Esto facilitará la formación de gobierno ya que los líderes de WCC tienen mas credibilidad y capacidad política para negociar. Aun así, un gobierno de coalición entre 4 partidos no suele aparentar mucha estabilidad y mucho menos teniendo en cuenta las circunstancias de Bulgaria. Una cosa es segura, los búlgaros ven su futuro con incertidumbre y preocupación. Hay un término del latín que define a la perfección la situación de Bulgaria. Este término es Interregnum y quiere decir entre reinados. Está claro que la era de Borissov ha acabado, pero hasta que no vuelva a surgir otro líder capaz de gobernar el país, Bulgaria vivirá en la incerteza y la zozobra.

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